jueves, 11 de abril de 2013

LA NIÑA SOLA ESTA



Junto a ella mi eterna melancolía, jugaba escondida entre las nubes de rostros risueños, volando en lo alto tan alto, que bella es la inmensidad. Subir y volar, volar y subir hacia el infinito, ellas me abrazan con dulce ternura y piedad, mi alma bailaba y cantaba derrochando felicidad más siempre arropada por la bendita soledad, una vez más la niña perdida esta.

Esos tus ojos de perpetua tristeza, brillan como los luceros siguiendo el sendero de la oscuridad, hablan por tus labios, no pronuncian palabras, están sellados, moribundos por la burla y la crueldad del alma maternal que no sabe amar.

Esos tus ojos que siempre han llorado de verdad, cual cascadas lágrimas torrenciales, cuando la niña interpreta en sus juegos a la viuda de Mambrú se fue a la guerra y ya nunca volverá dore mi dore fa ya nunca vendrá.

El dolor se asoma por la ventana de sus ojos, cuando la niña de papá y mamá es castigada en realidad por la amiga Beatriz que hacía las veces de mamá, y su hermanita que interpretaba al papá, en sus juegos de la infancia ya ida.

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