sábado, 19 de enero de 2013

ESAS TRES NOCHES

Siendo muy niña vivía con mis padres y mi hermana mayor en una casa muy grande. Durante tres días algo muy raro comenzó a ocurrir, aproximadamente a las siete de la noche todas las luces de la casa se apagaban misteriosamente, el silencio era absoluto y sentía que estaba sola. Mi papá aún no regresaba del trabajo. Cuando esto sucedía  me sentaba inmediatamente en el piso, colocando mi rostro sobre las rodillas. Temblando del miedo permanecía en esa posición, con los ojos cerrados, hasta que las luces se volvían a encender.
 Al tercer día, cuando las luces se apagaron el hecho me sorprendió en la sala de la casa, tropecé con los muebles, con mi hermana, ella cayó al piso, al mismo tiempo logre ver como de manera fugaz la sombre de un hombre alto, vestido con una gabardina y con un sombrero oscuro se desplazaba de la sala al tinglado de la casa. Comprendí que algo andaba mal ¡!! Tome la mano de mi hermana levantándola del piso y corrimos hacia la puerta de salida a la calle.
 Aterradas del miedo atravesamos la calle a ciegas, justo en ese momento circulaba un vehículo, este freno al mismo tiempo que nosotros gritamos, comenzamos a llorar abrazadas en mitad de la calle, el hombre bajo del auto y apenas podía articular palabras, se acercaban los vecinos unos tras otro y preguntaban a gritos ¿Qué paso? ¿Que hacen unas niñas a estas horas en la calle? ¿Dónde está la madre?
 Mi ángel sin alas del firmamento llamada Bertica  aparta la gente, amorosamente nos toma de la mano, llevándonos de nuevo a nuestra casa, justo en ese momento aparece… entramos y vi la gabardina y el sobrero oscuro sobre la mesa de comer.
 Guarde silencio hasta el día de hoy.

1 comentario:

  1. Durante el transcurso de mi vida, sentía sensaciones extrañas que no comprendía, eran mezclas de miedo, abandono, desolación, soledad, no me gustaba a mi misma, me sentía fea, bruta, e ignorada. Me trataron mal y aprendí de esas conductas degradantes a tratarme mal a mi misma.
    Hoy he aprendido a amarme a mi misma, me mantengo atenta para no volver a caer en el mismo patrón del pasado.

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