Un día al terminar mamá de cocer su quesillo, lo coloco en el centro de la
mesa del comedor, nos dijo: No lo vayan a comer, es para mañana.
Al ella retirarse, mi hermana, comenzó a bailar y cantar alrededor de la
mesa con un cuchillo en la mano, cortando el quesillo por los bordes en cada
pasada. Finalmente el quesillo quedo chiquitico. Mamá volvió al comedor, se acercó
a la mesa y al ver el quesillo chiquitico, se quitó la cotiza para castigar a
la culpable, inmediatamente, Dalia y yo salimos corriendo al patio, mamá nos persiguió
velozmente, mientras corría recordé un pasaje de la Biblia que papá solía
leerme mientras trataba todas las noches dormirme…”La mujer de Lot miro atrás a
escondidas de Lot (Gen 19: 26) esta se convirtió en estatua de sal. Por desobedecer
el mandato”. Inmediatamente deje de correr ante el temor y mamá me alcanzo, me
castigo con su cotiza… pero no sentí dolor sino alegría al no convertirme en una estatus
de sal.
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