EL NIÑO Y LA BISI
Un día me divertía en el jardín de mi casa dando vueltas en la bicicleta plateada.
Pasado un rato note, que en la puerta de entrada del jardín estaba parado
un niño, quien disfrutaba de mi propio goce, ese placer que despertaba en mí manejar
la bici.
Pude leer en su mirada que la deseaba, el niño desamparado estaba descalzo,
sucio, todo el desposeído por fuera y por dentro.
Su gesto tierno y embelesado
despertó en mi compasión, baje de la bicicleta y caminando con ella hacia él me
le acerque, sin apartar su mirada de la mía, le dije a través de ella ´´es tuya´´.
Abrí la puerta y justo cuando le estaba regalando mi bici, aparece mama.
_ ¡LILI! ¿ y qué haces ?
El niño salió corriendo
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