lunes, 6 de octubre de 2014



EL NIÑO Y LA BISI

Un día me divertía en el jardín de mi casa dando vueltas en la  bicicleta plateada.

 Pasado un rato note,  que en la puerta de entrada del jardín estaba parado un niño, quien disfrutaba de mi propio goce, ese placer que despertaba en mí manejar la bici.
Pude leer en su mirada que la deseaba, el niño desamparado estaba descalzo, sucio, todo el desposeído por fuera y por dentro. 

 Su gesto tierno  y  embelesado despertó en mi compasión, baje de la bicicleta y caminando con ella hacia él me le acerque, sin apartar su mirada de la mía, le dije a través de ella ´´es tuya´´. Abrí la puerta y justo cuando le estaba regalando mi bici, aparece mama. 


_ ¡LILI!  ­¿ y qué haces ?
El niño salió corriendo




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